miércoles, 6 de abril de 2011

Cuando el Terrorista es el Ministerio del Interior (I Parte)


«A Cherid lo mataron sus jefes del GAL, era un testigo incómodo»

Teresa Rilo es la viuda de Jean Pierre Cherid, que fue miembro del BVE y de los GAL. «Jean Pierre se convirtió en un testigo incómodo, negativo, para sus jefes; y esos mismos jefes, los del GAL, fueron quienes lo eliminaron el 19 de marzo de 1984». De esa forma tan clara y directa se expresa, por primera vez, Teresa Rilo, viuda de Jean Pierre Cherid, el eslabón perdido entre el Batallón Vasco Español (BVE) y los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).


Jean Pierre Cherid era un reconocido y prestigioso mercenario que formó parte del ejército francés como paracaidista, fue miembro de la OAS [Organización del Ejército Secreto en sus siglas francesas], soldado a sueldo en Biafra y otras guerras africanas que, finalmente, recaló en España. Aquí, como destacado anticomunista, consiguió la protección de los servicios secretos y trabajó en ATE (Antiterrorismo ETA) con el capitán de navío Pedro Martínez, cuyo alias era Pedro el Marino. Entre 1975 y 1982 colaboró con el BVE y estuvo a las órdenes tanto de Pedro el Marino como del inspector jefe Antonio González Pacheco, más conocido por Billy el Niño.
A partir de 1982, tras la llegada del PSOE al poder, trabajó para los GAL bajo la supervisión directa del sargento de la Guardia Civil Manuel Pastrana, que estaba destinado en la Secretaría de Estado de Interior con Rafael Vera.

"Mi marido trabajaba para un grupo parapolicial de Interior que montó el propio Ministerio y siguió trabajando cuando Felipe González era presidente del Gobierno"
Se da la circunstancia de que en los próximos días, entre el 4 y 6 de abril, la cúpula del Ministerio del Interior tendrá que declarar, como testigo, en uno de los últimos juicios de los GAL. Esa vista oral se celebra en la Audiencia Nacional contra el comisario Miguel Planchuelo, que supuestamente dio la orden de atentar contra los bares Batxoki (Bayona) y Consolation (San Juan de Luz) en febrero de 1986. La petición de la acción popular contra el que fuera comisario jefe de Información de Bilbao es de 114 años de cárcel.
Jean Pierre Cherid murió el 19 de marzo de 1984 en Biarritz (Francia) cuando, supuestamente, manipulaba unos explosivos que había colocado en un vehículo en la calle de Víctor Hugo, con el fin de atentar contra un grupo de etarras que tenía que pasar por aquel punto. Sin embargo, 27 años más tarde, Teresa Rilo, su viuda, revela a EL MUNDO que su marido no murió por un error de manipulación de explosivos, como siempre se había especulado: «Era un experto en la utilización y manejo de explosivos y recibió la contraorden de sus superiores de retirar aquel vehículo, trasladarlo hasta Irún y entregarlo a la Guardia Civil de allí. Es decir, no había que manipular nada y, además, la carga estaba desconectada. Fue una trampa de su propia gente para eliminar a un testigo negativo».

Manufactura GLADIO
La labor de contrainformación es también una de sus funciones principales, el control de medios de comunicación y periodistas es de vital importanciapara el mantenimiento del orden del sistema, este tipo de trabajos entrandentro de lo que en el lenguaje técnico se denomina “acción psicológica positiva.
El coronel San Martín responsable de los servicios de inteligencia del CESID-CNI reconocía que entre la principales actuaciones del servicio se encuentran:
  • Apoyar y sugerir la publicación de artículos
  • Orientar la opinión respecto a los acontecimientos que se estaban produciendo
  • Impulsar el lanzamiento de propaganda
Estas actuaciones de los servicios secretos podríamos encuadrarlas dentro trabajo limpio de su actividad. Si el sistema necesita defenderse, o atacar, practica lo que comúnmente se denomina terrorismo de estado. “El terrorismo defensivo de los estados es practicado, bien directamente por ellos, bien indirectamente con sus propias armas o con las de otro. Si los estados recurren al terrorismo directo, este debe estar dirigido contra la población, caso SCALA en Barcelona, plaza Fontana en Italia, Italicus, Brescia. Si deciden lo contrario, recurren al terrorismo indirecto. Este debe dirigirse aparentemente contra ellos: Asunto Aldo Moro”.
En una palabra, el terrorismo de estado está encaminado a provocar una reacción que justifique la respuesta “defensiva-ofensiva” del mismo: Control (provocación)-Represión. Violencia-represión-violencia.
Ése es el principal argumento por el que Teresa Rilo considera que ella y sus dos hijas son también víctimas del terrorismo de los GAL y reclaman una indemnización por los años en que su marido trabajó para el Ministerio del Interior, de 1976 a 1984: «Jean Pierre trabajó con Pedro Martínez [Pedro el Marino] en los servicios secretos, con el inspector Antonio González Pacheco [Billy el Niño] y con el sargento Manuel Pastrana, que estaba en la Secretaría de Estado. Es decir, mi marido trabajaba para un grupo parapolicial de Interior que montó el propio Ministerio y siguió trabajando cuando Felipe González era presidente del Gobierno».
Tras la muerte de Cherid, su viuda intentó reclamar una ayuda de los supervisores de su marido, pero nunca consiguió nada: «Jean Pierre, antes de morir, me dijo que si algún día le pasaba algo, que no me preocupara, que sus jefes me ayudarían y que no me dejarían tirada. Después, todo fue al contrario. Vinieron a casa y se llevaron todos los papeles y las armas que relacionaban a Jean Pierre con el BVE y con los GAL, y me dijeron que no abriera la boca, que no hablara con ningún periodista y que tuviera mucho cuidado con lo que hacía. Se puede decir que me amenazaron. Yo estaba muerta de miedo porque tenía presiones por todas partes, de ETA y del Ministerio del Interior».
Con los años, Teresa Rilo y sus hijas han ido investigando y reconstruyendo cómo fue la muerte de su marido: «Mis hijas ya son mayores y quieren conocer la verdad sobre su padre. Hoy sabemos, por medio de confesiones e informaciones que nos han aportado sus antiguos compañeros y amigos, que a Jean Pierre lo eliminaron.Paco, un guardia civil muy cercano a mi marido, siempre me decía que era una lástima lo que le habían hecho a Jean Pierre, que no se merecía eso. Estoy convencida de que él sabía o escuchó el plan que tenían para taparle la boca».

No pierdas de vista el Blog: colgaré una serie de documentos sobre GLADIO
Jean Pierre Cherid, que nació en Argel en 1940, participó como mercenario y militante de extrema derecha en los atentados de Montejurra 76, donde murieron dos carlistas, y, dos años más tarde, en la voladura del etarra José Miguel Beñaran, Argala, que fue uno de los que atentaron en 1973 contra el entonces presidente del Gobierno, almirante Carrero Blanco. En el periodo comprendido entre 1978 y 1982 el BVE, donde actuaba Cherid, atentó contra un número importante de militantes de ETA entre los que estaba Sagardía Saldua, Uzurbil, que siguió la misma suerte que Argala. En 1980, Cherid intentó secuestrar y trasladar a España a Dolores González Cataraín,Yoyes, haciéndose pasar por un gendarme francés.
Y en tiempos de los GAL (1983-1984), el mercenario francés se vio involucrado en los atentados de los etarras Oñaederra, Perurena, Gurmindo, Antxon, y Pérez Arenaza -cuñado de Txomin-, entre otros. Marzo de 1984, el mes en que murió Cherid, fue uno de los periodos de mayor intensidad de los GAL, con un total de cuatro asesinatos.
Jean Pierre Cherid voló por los aires el 19 de marzo de 1984 a las 13.30 horas en Biarritz y su mujer se enteró por la televisión de que aquel hombre destrozado por la acción de una bomba era su marido: «Aquel día nadie daba señales de quién era la persona que había muerto, pero me di cuenta de que era Jean Pierre cuando en un reportaje de televisión vi cómo enfocaban un pie con un zapato, que era lo poco que había quedado de aquella persona. Al ver el zapato supe, de manera automática, que aquel pie era de Jean Pierre, y también intuí que aquello no era normal».
Teresa Rilo, según descubre a este periódico 27 años después de la muerte de Jean Pierre Cherid, sabía lo que se traía entre manos su marido y las diferencias que estaba manteniendo con sus jefes de Interior en los últimos tiempos: «Aquel coche estaba allí desde hacía mese, preparado para atentar contra un grupo de etarras que iba a los bares de aquella zona. Jean Pierre quería que la reivindicación del atentado se realizara a través del BVE y Madrid, sus jefes, le dijeron que tenían que ser los GAL. Eso llevó a un enfrentamiento entre ambas partes y Jean Pierre, incluso, llegó a amenazar a sus interlocutores en Interior».
La viuda va más lejos en los pormenores del vehículo cargado de explosivos -un Renault 18 blanco con matrícula francesa 8185 RL 64- e indica: «El coche estaba desconectado, según me contó él. No era tan tonto como para dejarlo conectado, pues conocía muy bien el mundo de los explosivos. Le dieron la orden, desde Madrid, de retirarlo de Biarritz, llevarlo a Irún y entregárselo a la Guardia Civil. Estoy segura de que alguien de los GAL manipuló el coche y los explosivos y por eso le dieron la orden de que lo trasladara, para que, de esa forma, al abrirlo muriera y así eliminaban a un testigo negativo».

Quien a buen árbol se arrima...
Después de la muerte de uno de los mejores jefes de los GAL se produjo el silencio policial y judicial, tanto en Francia como en España. Toda la investigación se centró en que Cherid murió al manipular la pila del detonador de los explosivos. Su viuda y sus hijas no están de acuerdo con esa versión y piensan plantear la reapertura del caso tanto a nivel judicial, en la Audiencia Nacional, como en el plano administrativo, en el Ministerio del Interior y en la Asociación de Víctimas del Terrorismo.
Teresa Rilo tiene claro que «con el nuevo Código Penal, que recoge que los delitos de terrorismo no prescriben, el asesinato de mi marido puede ser un caso abierto». La lucha o reivindicación de la familia Cherid-Rilo por aclarar y reivindicar una ayuda o indemnización como víctima del terrorismo comenzó en 1999, cuando perdieron el miedo a las acciones de ETA y de los antiguos jefes de Cherid.
La viuda de Cherid relata los pasos dados hasta ahora: «En 1999, cuando estaba el PP en el poder, solicité a Interior una indemnización y expliqué que no lo había hecho antes porque desde ese Ministerio me dijeron que no moviera nada. La respuesta de Interior fue penosa y me dijeron que -Teresa Rilo esgrime la respuesta oficial y lee- «no existe constancia alguna de que la viuda de Jean Pierre Cherid recibiera indicaciones de no solicitar resarcimiento alguno y que se ocultara por razones de seguridad, instrucciones éstas que procedieran de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado».

Y tú todavía crees en Papá Noel
Teresa Rilo continúa con la lectura de la respuesta que le dieron en Interior, concretamente en el Departamento de Asistencia a Víctimas del Terrorismo, y resalta los párrafos que ella considera más interesantes: «La muerte de Jean Pierre Cherid se produjo cuando el citado se encontraba manipulando un artefacto que iba dirigido para atentar contra refugiados vascos […] era conocido por sus presuntas implicaciones en acciones violentas de movimientos de extrema derecha». La viuda de Cherid no está de acuerdo con esa valoración y lo aclara: «Mi marido estaba retirando el coche por orden de Madrid, de Interior, para quien trabajaba desde hacía años».
Teresa Rilo vuelve a esgrimir otro de los documentos que aportó a la causa, donde se recoge que en 1980 Cherid era colaborador de la Brigada Central de Información [ver el documento en esta página]. La familia Cherid también llevó su causa ante el Ministerio de Justicia. Y en mayo de 2002 recibieron la respuesta de que «no había quedado acreditado que el fallecimiento de su marido hubiera sido por acto terrorista».
Al llegar a este último punto, Teresa Rilo levanta la voz por primera vez y hace una confesión y una reflexión: «En Interior me dijeron que para demostrar que Jean Pierre había trabajado para la Policía y la Guardia Civil tenía que acreditarlo alguno de sus jefes. Durante todos esos años tanto Antonio -se refiere a Billy el Niño- comoManolo -en alusión al sargento Manuel Pastrana- me dijeron que no me moviera, que no dijera nada, y cuando los he llamado no han querido saber nada. Pues ahora, que les llame la Justicia y que digan quiénes eran sus jefes, quién proporcionaba a mi marido los explosivos, las armas y el dinero para trabajar en el sur de Francia como grupo parapolicial de Interior, y así sabremos toda la verdad de aquellos años».




http://ademuzexperience.wordpress.com/2011/04/02/cuando-el-terrorista-es-el-ministerio-del-interior/