sábado, 22 de enero de 2011

Cumbre en Turquía: ¿la última oportunidad de Irán?

Irán mantendrá durante los días de hoy y de mañana una reunión en Estambul con Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania en torno a su polémico programa nuclear. Este encuentro no genera grandes expectativas pero podría desembocar en nuevas sanciones o decisiones más contundentes por parte de Occidente.


Las discusiones  tienen lugar en el lujoso palacio otomano de Ciragan, frente al Bósforo. En este entorno, las principales potencias mundiales, junto a Irán, deberán buscar la forma de destrabar uno de los conflictos diplomáticos más serios de los últimos años.
El desarrollo atómico iraní -de no resolverse- podría terminar en un conflicto militar de impredecibles consecuencias para Teherán, pero también para el resto de los países en Medio Oriente y otras regiones del planeta.


Los numerosos periodistas acreditados para el acontecimiento no tuvieron acceso al suntuoso palacio, transformado en hotel de lujo, donde se llevan a cabo las conversaciones que continuarán el sábado. Los resultados de estas discusiones parecen inciertos ya que Teherán reiteró que en Estambul no se pondrán en tela de juicio las actividades nucleares de Irán. Los occidentales sospechan que la república islámica busca fabricar la bomba atómica.


Antes de este nuevo encuentro, fue el presidente Iraní Mahmud Ahmadinejad quien decidió marcar claramente la posición de su país. "Hoy, el programa nuclear se desarrolla en Irán. Incluso si  las grandes potencias adoptaran 100.000 resoluciones, ello carecería de importancia". "Acogemos favorablemente la vía de la cooperación, pero deben saber que la nación iraní no cederá un milímetro en su programa nuclear.”


Por su parte, el portavoz de la diplomacia estadounidense aseguró: “queremos lanzar un proceso serio y concreto que aborde el fondo de los problemas planteados por el programa nuclear iraní.” Otro negociador de los Estados Unidos fue aún más contundente y señaló que no esperaban grandes avances.


Para algunos analistas como el francés Bruno Tertrais, los iraníes hacen tiempo, ésta es su estrategia.  "Los iraníes han probablemente aprendido de Corea del Norte que se puede negociar durante mucho tiempo con Estados Unidos, continuando al mismo tiempo un programa nuclear", añadió. Asimismo, consideró que a los occidentales les conviene "mostrar que están abiertos al diálogo" con Irán, al venir a Estambul, para justificar posteriormente nuevas sanciones contra ese país.


La jefa de la diplomacia francesa, Michele Alliot-Marie, de visita en Israel, afirmó que Francia "no aceptará que el régimen iraní desestabilice a la región, dotándose Irán de una bomba atómica. Rusia, país crucial, al igual que China, se diferenció de sus socios occidentales al declarar que durante las reuniones, también debe tratarse el tema del levantamiento de las sanciones a Irán.


TROPEZAR CON LA MISMA PIEDRA


El programa nuclear iraní fue condenado por seis resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, cuatro de ellas acompañadas de sanciones económicas y políticas. Varios países, entre ellos Estados Unidos, adoptaron además medidas unilaterales reforzando ese dispositivo. Las discusiones precedentes entre Irán y las potencias occidentales se habían reanudado en diciembre en Ginebra, después de 14 meses de bloqueo. Como en otras tantas oportunidades, terminaron sin resultados tangibles.


El enriquecimiento de uranio por parte de Irán es lo que más inquieta a la comunidad internacional. Occidente sospecha que Teherán desea dotarse de armas atómicas, lo que los dirigentes iraníes desmienten de forma rotunda. A fines de octubre, Irán ya había producido unos 3.200 kilos de uranio enriquecido a menos del 5%, y 40 kilos de uranio enriquecido al 20%, según cifras coincidentes de Teherán y de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Según el organismo, Irán produce unos 130 kilos de uranio débilmente enriquecido en su fábrica de Natanz, centro del país, donde tiene cerca de 8.400 centrifugadoras. Enriquecido a menos del 20%, el uranio sirve para fabricar combustible para las centrales nucleares o reactores de investigación. Si el enriquecimiento llega al 90% o lo supera, puede servir para fabricar el arma atómica.






 ¿Todo listo para una guerra?


Por Andrés Repetto


En más de una oportunidad, tanto Irán como Israel y los Estados Unidos, afirmaron claramente estar preparándose para un conflicto militar si esta crisis no se resolvía diplomáticamente. Las declaraciones son a esta altura, mucho más que palabras, ya que las autoridades iraníes en verdad temen un bombardeo por parte de Israel, como le sucedió a Siria.


Israel ve al desarrollo atómico de los iraníes como una amenaza ya no a su seguridad nacional, sino a su subsistencia como Estado. Mientras tanto, Washington teme que si Irán se dota de armas nucleares, se desate una guerra fría en Medio Oriente, además de que otras naciones aliadas de Irán y organizaciones terroristas accedan a este arsenal.


En esta crisis por ahora diplomática, está presente la guerra de Irak, con las falsedades que llevaron a la invasión de este país, pero también con la realidad que se vive a nivel global a partir del desarrollo atómico de Corea del Norte. El régimen del presidente Kim, durante años, le aseguró a Washington que no tenía intención de fabricar una bomba atómica y gracias a una estrategia basada en ganar tiempo, por medio de una explosión nuclear, demostró que en secreto estaba desarrollando no una, sino varias bombas.


Nadie sabe aún cómo destrabar esta crisis ni en cuánto tiempo los iraníes podrían tener eventualmente una bomba. Además, en caso de que la tensión derivase en una acción militar, el interrogante que podría plantearse es: si se destruyen las centrales nucleares, ¿se elimina el conocimiento iraní en materia atómica?






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